Querido diario, pagina 66

La famosa ruta 66, la ruta madre de Estados Unidos…

Iba desde Chicago (Illinois), atravesando los estados de Misuri, Kansas, Oklahoma, Texas, Nuevo México, Arizona y California, para terminar…originalmente…en Los Ángeles, después de recorrer 3.940 kilómetros. Pero la carretera sufrió cambios de trazado y en uno de ellos trasladaron el final de Los Ángeles a Santa Mónica. Que se sepa que la U.S. 66, (su nombre oficial), nunca llegó al mar…

Vale, y os digo que la vida puede ser como la ruta 66. ¿Por qué? Porque somos una cadena de vivencias, de recuerdos, de acciones, de emociones, que se disputan el número uno. Nos obligan a tomar decisiones que guían el curso de nuestra vida. Y seguimos nuestra historia, como lo hace la 66 por el largo continente norteamericano. Atravesamos etapas, años, ciclos, días et cetera et cetera…

Pero, ¿Llegamos al mar? El mar, ese lugar fantasioso, real, vivo…según muchas religiones y filosofías, incluyendo la ciencia, la cuna de la vida…la cima de nuestros pensamientos gloriosos. Pero nosotros no llegaremos nunca al mar, al menos no mientras habitemos en este lugar de peregrinaje, y por más que nos acerquemos no llegaremos a poner los pies en ese mar de misterios. Jamás lo haremos aquí porque esa agua es bendita. El mar es un fin al cual aspiramos y cuando habitemos otros mundos, otras realidades, lo obtendremos. Tiene que permanecer efímero porque si llegamos se acabó la vida…

Así que dime si la vida no es como la ruta 66. La vida cambia, como ha cambiado la ruta. La vida es un camino, como lo es ella y la vida va acompañada de gente, como también los caminos y claro, como la 66. Por ellos transitamos y ellos nos conducen a donde queremos ir, bueno a veces a donde tenemos que ir.

Francamente, para mi, no existe cosa como año nuevo, todos los años son una creación artificial, hecha para facilitarle la vida a los tenedores de libros y para darnos un numero de supuestos años vividos. Pero yo se que si ninguno de estos años los hubieran contado, igual estaríamos aquí, sentado frente a un ordenador…o un móvil…como ahora. Tambien, si no hubieran construido la Ruta 66, la gente seguiría yendo de Chicago a Santa Mónica.